«Yo siempre quise estudiar psicología» no sería una consigna realista o adaptada a mi propia contextualidad al respecto de esta disciplina del conocimiento. Porque he sentido la necesidad de hacerlo en algún momento de mi vida de forma académica y, con posterioridad, a título autodidacta o más personal. Por circunstancias diversas.
Lo que tengo claro es que es una «necesidad vital» para mí leer o estudiar por mi cuenta acerca de ello.
Si nos atenemos a la evaluación oficialista respecto a la motivación que supone la voluntad de tomar la decisión de realizar estudios universitarios, se habla por parte de muchos entendidos de que se estudia, normalmente, como vocación, por causas análogas a una forma interior de sentir y, a la vez, de exteriorizar los problemas que nos acucian en la vida. Intimamente ligado a este hecho, para mí, objetivo, y asociado igualmente al criterio subjetivo de cada cual en particular, nos tenemos que atener a una serie de razones circundadas en la experiencia de la cátedra para resolver esta, vamos a llamarlo, aspiración:
-PRIMERO PARTIREMOS DE LAS VENTAJAS REALES QUE PUEDE CONLLEVAR TERMINAR LA CARRERA:
DE INTERNET:
Las ventajas de estudiar Psicología son:
- Posibilidad de trabajar en sectores públicos, privados y de forma independiente en consultorios propios.
- Es una carrera que mejora nuestra capacidad de empatía.
- Buena remuneración económica.
- Enseña técnicas para una mejor escucha interpretativa de pacientes.
PUEDE HABER MAS.
También de Internet:
Psicología es la ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones, y el comportamiento del ser humano en relación con el medio ambiente físico y social que lo rodea.
Voy a permitirme tomarme una licencia en este post y hablar de mí y de mis motivaciones a la hora de enfocar esta rama del conocimiento o ciencia empírica que se rige por una serie de objetivos para su puesta en práctica y unos criterios a seguir para evaluar correctamente la mente humana y el comportamiento de los seres humanos en su interrelación con los demás o con la sociedad que les engloba, el entorno, las emociones, la adaptabilidad al medio y, en definitiva, su objeto de estudio que también implica la extrapolación a otras áreas que no son meramente clínicas sino laborales, docentes, prácticas y regulatorias en otros campos o sectores, de entre los que se retroalimentan toda una serie de escuelas. No voy a hablar sobre epistemología o ámbitos donde se necesite su influencia y peso específico. Solo quiero realizar una declaración de principios acerca de mis inquietudes al respecto que sirven también de justificación para haber abierto este blog, aunque los objetivos del mismo los tenéis en su sección correspondiente.
Bien. Partiremos de la base, esencial, fundamental, de que no tengo estudios academicistas, reglados. No por ello mi instigación o intento de profundizar en conocimientos graduales y sistemáticos debe de quedar rebajada o desconsiderada a tales efectos. Siempre lo reconoceré. Más si cabe, en la tesitura en que nos encontramos donde existe una realista y objetiva situación de excepcionalidad y que afecta en mayor o menos medida a la fuerza de la costumbre, también en cuanto a la docencia. Y que se ha sobrellevado, correctamente, desde mi criterio de evaluación. Una vez conocidas las medidas, a grosso modo. Por tanto, no me comprometo a realizar estudios universitarios. Quizá no los pueda abordar en un futuro a medio o a largo plazo y, de hacerlo, ni tan siquiera podría o debería de ejercer como profesional ni colegiarme.
Abocarme a creer o a considerar esto anticipadamente, tampoco es lo más adecuado porque entro dentro del terreno de la especulación.
Muchas personas afirman que se sienten motivadas a emprender este tipo de licenciatura por cuestiones intrínsecamente personales, unido a factores de filantropía o altruismo. Mayoritariamente puede que sea asi, en la mayoría de los casos.
En el mío en particular, sería como desgajar el sentido del pensamiento unido a la actitud y, en consonancia, a la conducta, en una relación no unilateral, es decir, no me siento ni cercana o afín en mayor o menor medida al conductismo, o al cognitivismo, o a cualquier otra disciplina en concreto por situaciones del pasado necesariamente o sucesos acaecidos que me inciten a investigar o a aprender de las experiencias, de la práxis y la teoría asociada a la psicología. Me interesa, sobre todo, comprender a los demás, establecer un grado de empatía con el entorno y con la gente que me rodea y, al mismo tiempo, alcanzar un nivel de estabilidad y de adaptabilidad acordes a diferentes contextualidades o contextos que pueden darse bajo una serie de condicionantes, voluntarios e involuntarios, premeditados o aleatorios, pero que atañen a la conciencia acumulada y al conocimiento que otorga la experiencia. Si se puede mejorar dicha experiencia y conocimiento, entonces, me daré por satisfecha pero jamás por cumplimentada la necesidad de aprendizaje en este campo del conocimiento del ser humano, de la mente y del comportamiento imbuido por todas y cada una de las posibles variables que hacen que cada persona, a pesar de que pueda vivir en un mismo entorno, posea múltiples determinaciones que la hagan única. O diferente de los demás, en tanto en cuanto posee un yo identitario que la significa. Ni siquiera pretendo saber más para vivir mejor. Porque, como ya expresé en alguna otra entrada, se puede vivir bajo múltiples condiciones adversas y tener o adoptar una capacidad de respuesta que sirva de estímulo para continuar teniendo experiencias. Y continuar valorándolas. También he leído acerca de la teoría de la atribución y sus variables en función de si se buscan las causas de un comportamiento o de una situación o situaciones dadas.
Para establer una buena relación o un mínimo equilibrio con tu entorno inmediato se necesita un corpus teórico reforzado por un cúmulo de tesis teóricas basadas en la observación, la emulación, la percepción, el conocimiento empírico, el ensayo y el error, las pruebas de vida…
Al mismo tiempo me apasiona la mente humana y por qué tomamos una serie de decisiones o evitamos tomar otras. Analizar tus propios conflictos o contradicciones internas es perfectamente lícito si quieres desarrollar capacidades innatas o no, tendentes en la personalidad y el carácter, y destrezas que quieras adquirir. En definitiva, rodearte de un cuerpo teórico que funciona bajo una serie de leyes o certezas, para actuar de la forma en que actuaríamos de no estar condicionados de forma refleja o bajo patrones de conducta rígidos, y que provienen mayoritariamente de la práctica social.
Con cada enfoque distinto, diversificado acerca de un tema análogo o relacionado y sus propios modos de valorarlo tras sopesar una serie de premisas, se pueden extraer conclusiones aun cuando no se obtenga un resultado óptimo o positivo para solucionar un problema. Siempre habrá habido un cambio con cada toma de posición, adoptando un punto de vista que determinará dicha toma de posición. Eso es lo que a mí me apasiona de la psicología, más aparte, claro está, el objeto de estudio en sí mismo, así como el objetivo de ayudar a quien lo necesite. De una manera desinteresada o más libre de condicionamientos reflejos o adquiridos de terceros desde una vez iniciado el proceso del conocimiento, que se inicia de forma instintiva, a través de los cinco sentidos, desde que naces.
Por supuesto, no puedo hablar de las diferentes y auténticas motivaciones de la carrera, porque no la he efectuado y desconozco las asignaturas, más que unas pocas de primero o de segundo porque me han hablado de ello.
Eso sí, he ido al conocimiento gnoseológico específico, otras a una casuística general sobre ciertas patologías, por ejemplo, y también acerca de temas que me llamaban la atención o me podían ayudar a comprender mi propia realidad en diferentes contextualidades pero de manera arbitraria, o desprogramada. Porque como os he dicho, no he cursado en la práctica, aunque sí me matriculé en la UNED, la licenciatura. No he seguido una metodología, no he emprendido ningún proyecto incipiente ni nada por el estilo, hasta el día de hoy.
Tan solo quería trasladaros el sentido de mi vocación autodidacta. Que es muy parcial y bastante oportunista en el sentido de que voy leyendo lo que más me interesa. De momento.
No niego y lo afirmo taxativamente, que los campos de actuación son amplios profesionalmente, no lo he obviado en ningún momento, sin embargo, lejos de ser una profana me considero una sencilla neófita sin un específico plan de estudios oficial. Por lo que para ayudarme en mi propia motivación decidí crear este blog experimental y de prácticas.
Tampoco pretendía desmitificar la cátedra universitaria, porque como ya he reconocido me matriculé en la UNED por libre hace poquitos años. Y anteriormente bajo el programa de estudios completo, sin llegar a estudiar. Por cuestiones laborales y personales.
Creo que para amar la psicología como vocación, que es lo que suele sucederle a cualquier estudiante, tras pasar la fase incial de asombro por las variadas materias de estudio, los enfoques, la bibliografía y la casuística, así como la temida por más de uno estadística aplicada, lo debe de sentir poniendo en práctica tanto las experiencias de estudio en común con otras personas y evaluando progresivamente los criterios científicos con cierto orden y asesoramiento. Manteniendo vivo el proyecto de futuro. Te especialices en lo que te especialices, hagas clínica o no, te atrevas con el PIR o sencillamente elijas otra manera laboral de implementar tus estudios.
Mi reto en estos momentos es otro. Como ya he especificado. Sin descartar nada pero tampoco anticipándome a los acontecimientos.
2 respuestas a «¿Por qué creemos que estudiar o leer sobre psicología ayuda? Mi opinión.»
Saludos!!!!!
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Saludos cordiales, Ana. Y mi aprecio hacia tí. Es uh honor que visites este humilde blog de pruebas. Espero estés bien. Pasaré a visitarte en breve.
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